Fallas 2023

Familia de pirotécnicas: generaciones unidas por el fuego

Mª José Lora es la nieta de la mítica Josefina Caballer.
Mª José Lora es la nieta de la mítica Josefina Caballer.
R. G.
Mª José Lora es la nieta de la mítica Josefina Caballer.

"Lo que más recuerdo es el inmenso respeto y consideración que sentían los trabajadores por mi abuela. Era un referente", rememora Mª José Lora, nieta de la mítica Josefina Caballer y hoy directora y alma mater de FX Caballer, la multipremiada pirotecnia que se encarga –además de firmar las principales citas mundiales– de disparar año tras año la reivindicativa mascletà cada 8 de marzo, por el Día de la Mujer Trabajadora.

"Era una mujer con mucho carácter y muy conocida, muy querida por todos. Y también muy decidida", recuerda Lora. "Se iba por las noches a vender pirotecnia y a contratar espectáculos, se presentaba en la Junta Central Fallera, se iba a Barcelona, a Francia, a Madrid… Imagínate hace 80 años", dice.

No cuesta imaginar la expresión de absoluta incredulidad de aquella España de principios del siglo pasado, pronto repleta de futuros y fieles clientes, al ver aparecer a una mujer vestida de luto y conduciendo, al volante, su propio vehículo. Y en el maletero, un arsenal que expone, para su venta, un amplio catálogo de explosivos con los que materializar mil y un espectáculos de pólvora y fuegos artificiales.

La matriarca

Josefina Caballer, quien hoy da su nombre a la plaza que albergará el Monumento a la Memoria Democrática en su pueblo, Moncada, fue la mayor de tres hermanas y dos hermanos y la única que quiso seguir con el negocio que fundó su padre en 1877. Ocurrió tras la repentina muerte de su marido, un músico de profesión que falleció en un accidente en aquella misma fábrica de Moncada.

Decidida a coger las riendas y ponerse al frente de un negocio regido tradicionalmente por familias, en el que las mujeres siempre habían participado de manera activa pero a espaldas del gran público, llegó a convertirse en la primera mujer en disparar la Nit del Foc en la Plaza del Ayuntamiento de València.

Mª José sigue la tradición de su abuela Josefina.
Mª José sigue la tradición de su abuela Josefina.
R. G.

Esta, considerada la gran ocasión en la que un pirotécnico se mide ante un público muy exigente por buen conocedor del arte de la mascletà, fue ya siempre de Josefina. "Ella era la que disparaba en el Ayuntamiento, la que se encargaba de visitar a proveedores y clientes…", recuerda su nieta.

El fuego

Lora tiene su imagen, incluso después de jubilada, yendo a la fábrica "aunque fuese a empapelar cohetes, como algo simbólico". También quiso continuar encargándose de algunos pedidos y visitando proveedores, cuenta la pirotécnica sobre una mujer, su abuela, que no solo llenó de color el cielo, sino que fue también "un referente en un sector en el que a las mujeres siempre se las ha tenido apartadas. La pirotecnia era algo que tenía en el corazón".

La tradición

Lora no tenía pensado dedicarse al negocio que inauguró su bisabuelo hasta que cumplió 20 años. "De hecho, yo estudié Farmacia, que no tiene nada que ver, estoy licenciada. Pero te vas metiendo, porque toda la familia se dedica a ello, y es un mundo y una forma de vida que te atrapan y ya no puedes salir", cuenta con una sonrisa que le cubre la cara.

La explicación, frente a una pantalla de ordenador sobre la que un técnico prepara lo que será una mascletà, en una de las oficinas que tiene la inmensa fábrica de Moncada, da sentido a sus palabras. "Esto es como una partitura", explica. O lo que es lo mismo, una obra que se dividiría en cuatro actos: un principio aéreo seguido de un cuerpo aéreo-terreste, a continuación la traca terremoto y, para cerrar, un bombardeo final. "Eso es lo que sería una mascletà valenciana típica", señala. Y luego está el estilo. "De mí dicen que soy muy intensa y muy rápida, pero es que sin traca no hay vida".

"De mí dicen que soy muy intensa y muy rápida, pero es que sin traca no hay vida"

Para curiosidad, otro mítico Caballer, Vicente, creó su 9ª Sinfonía –en Internet a golpe de clic–, en la que medio centenar de músicos "interpretan" una mascletà.

El relevo

"Senyor pirotècnic, pot començar la mascletà". Nadie que se precie de vivir en València es ajeno a la importancia que tiene la mascletà como ineludible acto social. Ni al solemne silencio que precede la célebre orden emitida cada dos de la tarde, entre el 1 y el 19 de marzo, por la Fallera Mayor desde el balcón del Ayuntamiento.

El criterio popular, además, está muy capacitado para valorar si esta ha sido buena, mientras aspira satisfecho el olor que deja el humo de la pólvora explotada. Sin embargo, pocos saben que el sector de la pirotecnia envejece y requiere de mano de obra nueva que perpetúe un oficio que siempre se ha transmitido de madres y padres a hijos.

"Desde el sector estamos intentando reglar algún tipo de formación". Lora sabe que necesitan instruir a nuevas generaciones que les tomen el relevo. Solo existe un carnet y es el de "experto", que habilita para disparar una mascletà y siempre bajo el amparo de una empresa.

Así que la única forma de trabajar en el sector es empezando de aprendiz. Aunque Lora advierte de que es un oficio que, además de pasión, exige mucha dedicación. "No tienes vida", concluye.

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